diciembre 10, 2008

Pesadilla Jumanji


Juan abrió los ojos y vio todo gris. Le dolía la cabeza, no sentia las piernas. Tampoco había sentido el impacto: caminaba pensando en su despido, el llanto telefónico de Clara, el remate inminente. 
La estampida de rinocerontes de anoche había sido advertencia. Y él creyendo que era un sueño...


1 comentario:

Puercoespín dijo...

Pobre Juan!

Son tan lindos los rinocerontes... Muy grises pero lindos.

 


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