Sabía lo acechaban. No podía caer en sus garras. Se sentía vigilado, observado. Era cuestión de segundos. Vida o muerte. De repente, el cazador agazapado lanzó el ataque feroz. Un latigazo en el aire y …
Al llegar a casa, dos bajas registradas. Del gato y del mouse, ni noticias.
1 comentario:
Jaja ¡Qué grosso!
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