Hoy me levanté y me fui al trabajo. En el viaje me cruce con una morocha de esas, que hizo que me tropezara con un árbol y olvidara todo. Ahora no recuerdo que era lo que tenía en mente. Sólo se que algo me llamaba y era el número cincuenta.
enero 19, 2008
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3 comentarios:
Bueno... yo ya a esta altura estoy pensando que el cripticismo va a ser el orden del día en estos cuentos. Casi todos con final abierto! (menos Fen y V), pero me parece que hay calidad.
Hay equipo!
Estuve leyendo del más nuevo al más viejo. Y pucha que están saliendo bien las mini sagas, no?
Qué brillante idea, Don Subjuntivo. No me canso de decirlo.
Salú.
V.
Ay, pero si no es nada! Una pavadilla!
=D
S.
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