–No.
–¿Entonces quién?
–Y… vos.
–No, yo tampoco.
–Demostralo.
–Acercate.
–¡Uh! Apesta lo tuyo.
–Sí, pero demuestra mi inocencia.
–Es cierto. Ahí va mi inocencia.
–A la mierda, estás podrido.
–Callate y seguí comiendo.
–¿Quién habrá sido el desgraciado?
–No sé, pero lo cagamos con la fusión.
–Definitivamente.
by Signaturio
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