abril 30, 2008

Tebas

se estiró y volvió a enroscarse. perseguía con este ritual cada segundo de sol. había analizado y memorizado horarios y recovecos para disfrutar de Febo. y, a la noche, corría a esconderse entre las sábanas de la cama.

cómo le gustaba ser gato. era, definitivamente, la mejor de sus reencarnaciones.

4 comentarios:

m dijo...

Me re gustó.

¡Mondoke! dijo...

Muy bueno
Siempre lo dije, después de Marley, el gato es el animal más envidiable

Rodolfo Snob dijo...

Exquisito, ma chérie, exquisito

Anónimo dijo...

Lo de los gatos entre las sábanas si, pero yo pensé que cuando salía el sol dormían!

 


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