pedí un jarrito, el mozo lo trajo con medialuna incluida. no sé si cumplía la función que en otros bares suelen cumplir las palmeritas o si el tipo se apiadó de mi cara.
me puse a escribir.
y entonces, en el bar, todos vieron como la chica lloraba lágrimas amarillofluorescentes.
1 comentario:
Yo la quiero a Folavril y me gustan sus escritos, aunque algunos, como este, en primera instancia sean difíciles de digerir...
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