Agachó la cabeza.
Juntó las manos.
Habló en voz baja. Recordó las mujeres, los niños; golpes, gritos, sangre, sudor y llanto.
Pidió perdón sin derramar una sola lágrima.
Una voz oscura concedió el perdón.
Se levantó. Respiró hondo. Salió.
Al cruzar la puerta, sonrió.
by Subjuntivo
5 comentarios:
Barreda? ;)
Me gustó.
Jaja, no, no había pensado en él ni por un segundo, pero ahora que le releo, bien podría ser... Pero no.
Gracias!
S.
}:-)
Me encantó cuando lo leí (y me estremeció). No sé por qué no lo comenté aquella vez. Tal vez por el estremecimiento!
Gracias gerund, gracias Puercoespín!
S.
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