Hacía frío, era muy temprano todavía, pero pensó en el café humeante que despedían su carrito y la bolsa con facturas que colgaba de su brazo.
Pura rutina.
Un silbo, dos, tres. El hombre esperaba que le abrieran la reja. Como siempre.
Entonces ella lo supo: la clave era silbar.
5 comentarios:
Muy gráfico. Sentí frío de solo leer, y me posicionó de inmediato en la situación. Me gustó mucho.
La clave es silbar, claramente, haciendo eso, lo otro se tolera un segundo más.
La clave siempre es silbar, que lindo que es el silbo.
Buenísimo.
besos amor.
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