septiembre 16, 2008

Pero qué va

Una, dos, tres, cuatro.
Contaba palabras hasta llegar a cincuenta, obsesionado con las minisagas.
Quince, dieciséis.
Confundía números con palabras, ideas, términos y significados.
Veinticinco, veintiséis.
Perdió la oportunidad de contar una historia.
Treinta y cuatro.
Leyó lo que tenía y no le gustó. Pero qué va. Escribió la cincuenta.


2 comentarios:

Fodor Lobson dijo...

Grande, Pinchos, grande

Wakefield dijo...

¿Las minisagas cuyo tema es la escritura de minisagas son "metaminisagas"?

Que algún especialista lo confirme, por favor. Estoy escribiendo mi tesis doctoral sobre este asunto.

Saludos a todos.

 


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