Maduraba y no sabía lo que venía, lo que le esperaba al final. Se sentía enferma, le decían que así era madurar. Un día se sentó a los pies de la cama con dolor de cuello. Maduró, su cabeza enorme y roja rodó, cayó y quedó junto a la biblioteca.
Minisagas
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5 comentarios:
Hermoso. ¿Qué más puedo decirte yo?
Ah, bueno, también en "Minisagas", en tan solo 50 palabritas Gastón nos sorprende y nos abriga con sus mágicos "Guantes de Lana"
Ya decía yo, que en ese consejo de sentar cabeza, de crecer y madurar había algo que me generaba desconfianza.
Buenísimo...me encantó.
Ju: Gracias amor.
Diego: No confíe en los que le dicen de sentar cabeza y madurar, todos quieren que perdamos la cabeza.
Genial! Pero al sentar la cabeza, ¿los pies van al suelo o al aire?
Jddio: También podrían ir de cote los pies.
Salute
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